Morir no es lo que más duele, Inés Plana

Morir no es lo que más duele es la primera novela de Inés Plana, y se trata de un thriller sólido e interesante pero que no deja de poseer elementos similares a otros títulos que se han venido publicando en los últimos tiempos. La autora ha entrado e impactado con muchísima fuerza en el mundo literario con esta primera obra, y acierta con ella, desde luego, pero también han habido detalles que no me han convencido en su totalidad.


El nombre de Sara Azcárraga aparece apuntado en un papel en la escena de un crimen. El cadáver corresponde al de un hombre, ahorcado y con los ojos arrancados de cuajo. ¿Qué conexión existía entre Sara Azcárraga y el propio ahorcado? Esta y otras incógnitas las tendrán que descubrir el teniente Julián Tresser y el cabo Guillermo Coira. La trama, como comento, no aporta originalidad pero está desarrollada de manera brillante, es ingeniosa, perspicaz e inquietante, y mantiene al lector atento hasta el último momento. Es, también, una novela de personajes. Desde el principio hasta el final aparecen múltiples personajes importantes, y por ello fácilmente la historia se puede volver confusa y que el lector se precipite a desconectarse de lo que está leyendo. Otro detalle destacable que no me ha terminado de gustar ha sido el hecho de que apareciera, mucho antes de lo que esperaba, la persona culpable del crimen. Quizá han sido mis propias expectativas, pero me ha resultado muy apresurado. Por lo demás, he pasado unos ratos amenos con su lectura y el final invita a una segunda parte que me gustaría leer más pronto que tarde.

Así que, en resumidas cuentas, Morir no es lo que más duele de Inés Plana es un thriller entretenido, ingenioso, potente, intenso, con giros argumentales sorprendentes y una narrativa impecable. Lo he disfrutado mucho a pesar de ciertos detalles que ya he comentado, y me quedo deseando leer un segundo libro por esos hilos que se han ido quedando sueltos a lo largo de la historia.

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